El
efecto Werther es el nombre que le damos al “efecto imitativo de la conducta
suicida”. Existen pocas referencias escritas sobre él y, básicamente, lo que
leeréis en este post es un resumen de lo encontrado en las diferentes fuentes
consultadas.
Este fenómeno toma
su nombre de la novela epistolar “Las penas del joven Werther” de Goethe,
publicada en 1774 – una de las novelas más importantes del movimiento “Sturm
und Drang” (tormenta e ímpetu) desarrollado en la segunda mitad del s.XVIII en
Alemania-. El protagonista de dicha obra sufre tanto por amor que acaba
quitándose la vida.

La
realidad es que a este contagio suicida no se le denomina “Efecto Werther”
hasta dos siglos después, instaurado por el sociólogo David Phillips (1974).
Éste realizó un estudio entre 1947 y 1968 dónde demostró que el suicidio se
incrementaba en todo EEUU al mes siguiente de que el New York Times publicara
en portada alguna noticia relacionada con el suicidio. Tras este estudio, se
obligó a los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, a acatar
ciertos consejos sobre cómo publicar la información sobre el suicidio, entre
los que podemos encontrar:
- omisión de cualquier elemento personal que
inspire compasión al lector
- cualquier mensaje que sugiera que el
suicidio es una salida eficaz a los problemas del suicida[1]
ALGUNOS CASOS
En algunas
ocasiones, situaciones en apariencia inverosímiles aumentan las posibilidades
de esta práctica ya que se favorece el factor OPORTUNIDAD, como fue en 1978 la
inauguración de la red de metro austriaca. También los puentes parecen tener un
gran imán, de hecho el Golden Gate de San Francisco tiene un censo suicida de
más de 1500, hasta el punto de contar con innumerables señales instaladas por
las autoridades para intentar disuadir, como mínimo, a aquellos que dudan.
Pero uno de los factores de riesgo por antonomasia, es el suicidio de una celebridad:
Pero uno de los factores de riesgo por antonomasia, es el suicidio de una celebridad:
- Durante el mes de Agosto de 1962, tras la
muerte de Marilyn Monroe, se produjeron 303 suicidios
- También en 1994 tras la muerte del líder de
Nirvana, Kurt Cobain
- Síndrome Yukko: en la década de los 80,
tras la muerte de la cantante japonesa Yukko Okada que a los 18 años decidió
quitarse la vida por motivos todavía desconocidos, se produjo una oleada de 28
suicidios entre los que se encontraba el de un niño de 9 años.
CURIOSIDADES
- El libro que más conducta suicida ha provocado se titula “Euthanasia: the aesthetics of suicide” de James A. Harden-Hickey, 1894. En él se especifican más de 90 tipos de venenos y 50 instrumentos para darse muerte. Sin ánimo de frivolizar, no hace falta que expliquemos cómo murió su autor.
- “Final Exit” de Derek Humphrey, es una guía suicida para enfermos terminales que se convirtió en best seller en EEUU en 1991. En el 27% de los casos de suicidio por asfixia que se produjeron en Nueva York en el año de su publicación, se encontró un ejemplar.
- Sólo durante 2002, se hallaron 78 cadáveres en el Bosque Aokigahara bajo el Monte Fuji tras la publicación de una novela de Kuroi Juka en la que un joven enamorado se quitaba la vida en este bosque; a raíz de este fenómeno, se rumorea que ya hace años que se comercializan unos mapas que destacan los lugares más apropiados para suicidarse en Shangai.
Recordando
el artículo publicado en este blog a fecha 26 de Octubre de 2015 por Cristina
Cañamares Gordillo, este “Efecto Werther” también puede denominarse “Suicidio
Inducido” o enclavarse dentro del “Efecto Copycat”.
Angie
Muñoz
Estudiant
Grau Criminologia UOC
Contacte: anxineta@gmail.com
Twitter, Facebook & Google+
BIBLIOGRAFÍA
-http://www.xatakaciencia.com/psicologia/el-efecto-werther-cuando-el-suicidio-se-vuelve-contagioso-i
[1] La Universidad de Barcelona
realiza un Curso de Primeros Auxilios Psicológicos (formato online, muy
atractivo y recomendable) que dedica una pequeña parte a cómo comunicar la
pérdida de un ser querido que se ha suicidado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario