miércoles, 29 de abril de 2015

50 sombras "de violencia": Parte II


En la primera parte de éste artículo se habló del debate abierto sobre el sadomasoquismo y la violencia de género a partir de la polémica saga “50 sombras de grey”.
Terminé el artículo hablando de las diferencias entre las dos figuras que se reflejaban a partir de su definición.

Sigamos ahora con las características de ambos conceptos:

Características del sadomasoquismo y la violencia de género:

El sadomasoquismo es considerado un “juego erótico poco convencional” que se practica entre alguien que se excita y goza siendo humillado y por otro lado alguien que disfruta humillando y castigando. 

Bajo este término se engloban una variedad de prácticas como:
-         Bondage (Ataduras)
-         Spanking (Azote)
-         Sodomía

Encontramos, por lo tanto, dos partes, el llamado “amo/domina” o “sumiso/a”. En esta práctica, al contrario de lo que se pueda pensar, no es siempre el hombre el que domina, en muchas ocasiones es el propio hombre el que quiere y busca el papel de sumiso y humillado. Ésta relación puede ser del tipo donde hay flagelación y azotes o en la que hay restricción y prohibición. Esto se encuentra estipulado, en la mayoría de los casos, en la firma de un contrato donde ambas partes establecen los límites de la práctica.

Tiene que quedar claro que si no hay sadismo no hay masoquismo y viceversa.

El dolor genera endorfinas en nuestro cerebro y este elemento es el que se busca, ya que según dicen los expertos es como la morfina y genera cierto placer. Este dolor no tiene que ser muy extremo, como lo sería un brazo roto o un sangrado muy intenso, sino que se genera poco a poco. Está claro que el límite de dolor de cada uno es diferente y en algunas ocasiones el amo no es consciente de hasta qué punto está provocando un dolor más fuerte del que se supone que tiene que ser placentero. Por eso, una característica más del sadomasoquismo es la “palabra clave”. Se establece una palabra clave, normalmente “rojo” para que el sumiso en el caso de estar sufriendo un dolor que va más allá del propio juego o de su propio placer, la diga y el amo pare inmediatamente. La finalidad de la práctica es el placer a través del dolor, no el dolor por el sufrimiento.

Con todo esto, aunque incomprensible para quienes no lo practicamos, vemos que es una práctica que tiene sus reglas y su propio vocabulario. En ello encontramos que aunque se den elementos en común con la violencia de género, como pueden ser ataduras, azotes o utilización de cinturones, la finalidad de ambas es diferente.

En la violencia de género, mayoritariamente, es el hombre quien ejerce la violencia sobre la mujer. En éste caso la mujer ni firma ningún contrato de sumisa, ni está de acuerdo en que se le azote o se le castigue. Tampoco le gusta ser humillada ni siente ningún placer con ello. Y por supuesto, no existe ninguna palabra de seguridad que pueda utilizar para que el hombre deje de golpearla.

La finalidad del agresor, en la violencia de género, es dominar a la víctima a través del miedo y de las agresiones, necesita sentirse superior a ella y lo hace a través de la coacción y el ensañamiento.

El acto de maltrato va ligado siempre a secuelas físicas y psicológicas, a diferencia del sadomasoquismo, en el que no debería haber secuelas psíquicas por la práctica ya que se trataría de algo consentido, querido y buscado.

En la violencia de género, encontramos diferentes tipos de maltrato, dependiendo de la actuación de su agresor: 

- Psíquicos: Actos que desvalorizan a la mujer, como  amenazas, humillaciones, exigencia de obediencia, insultos, aislamiento...
- Físicos: Actos no accidentales que provocan daño físico, como golpes, heridas, fracturas, quemaduras...
- Sexuales: Imposición a la mujer de una relación sexual en contra de su voluntad y donde se utiliza la fuerza o la intimidación.

De la figura del agresor podemos decir que,  según decía Conger y Miller, entre los hombres violentos se encuentra un porcentaje más alto de psicópatas y neuróticos que en la población “normal”, pero la agresividad no es exclusiva de éste tipo de personas. Por ello el hombre “normal” que ejerce daño contra la mujer, luego intenta disculparse y refleja remordimiento.

El agresor suele ser una persona con una baja autoestima y con una imagen muy negativa de sí mismo, se siente un fracasado, por ello actúa de forma amenazante y omnipotente, reforzándose así con cada acto de agresión.

Por regla general, suelen ser sujetos muy celosos, por ello muchos de los primeros actos de violencia aparecen por el miedo a que su mujer les abandone o porque creen de forma errónea que su mujer tiene una aventura, sin llegar a comprender que pueda tener relaciones con otras personas sin ningún fin sexual o romántico.

En el caso del sadomasoquismo, al contrario de lo que en un primer momento se pueda pensar, el dominado no tiene por qué tener una baja autoestima, aspecto que si sucede con la mujer en el caso de la violencia de género. La persona que decide ser humillada y sumisa acostumbra, según se ha demostrado, a ser una persona dominante en su vida cotidiana (trabajo, por ejemplo) y controladora, por ello en el acto sexual prefieren adquirir un rol totalmente contrario.

La mujer maltratada no elige ningún rol ni dentro de su vida cotidiana ni en su relación sexual, es víctima de la agresión y las amenazas del hombre las 24 horas del día.
¿Qué dice la psicología al respecto?
Para el sujeto masoquista, esta práctica sexual, es asumir un papel de cumplimiento que le ofrece una forma de escape terapéutico de las tensiones de la vida, de la responsabilidad o de culpa. O para otros, en cambio, estar bajo el poder y el control de otro puede despertar sentimientos de seguridad y protección asociada con la infancia.

Por lo que respecta al sádico, vemos que su placer puede venir por la sensación de poder y autoridad o de forma indirecta a través de los sufrimientos del masoquista.

Según el Dr. José Merlino (escritor y asesor de psiquiatría en el New York Daily News) una relación sadomasoquista, siempre que es consensual, no es un problema psicológico.

Según estudios desarrollados, se acordó por los psicólogos que las experiencias que se tenían durante el desarrollo sexual precoz podían causar un efecto profundo en la sexualidad de la persona a lo largo de su vida. Los deseos sadomasoquistas, sin embargo, podían aparecen en una diversidad de edades.

En estos estudios se comprobó que la mayoría de los hombres sadomasoquistas habían desarrollado éste interés antes de los 15 años, mientras que en el caso de las mujeres no aparecía hasta una edad más tardía. Los resultados de estos estudios demuestran que el sexo de uno no determina la preferencia por el sadismo.

La clasificación que hace la psicología de ésta práctica divide el sadismo y el masoquismo, siempre han sido independientes. El sadismo se incluyó en el DSM-I en 1952, y no fue hasta 1968 que el masoquismo se añadió en el DSM-II. La psicología contemporánea continúa identificando el sadismo y el masoquismo por separado, y los clasifica como:
a) se practica como un estilo de vida
b) como una condición médica
Sadismo y masoquismo quedaron atrapados durante más de un siglo como "enfermedades mentales" potencialmente peligrosas. No se establecía una distinción clara entre el asesino sádico y el practicante de sadomasoquismo consensuado.

En la quinta edición de DSM-5, publicada el 18 de mayo de 2013, siguen incluidos éstos trastornos en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-V):”Parafilias: son impulsos sexuales, fantasías, o comportamientos recurrentes e intensos que implican objetos no humanos, el sufrimiento o la humillación de uno mismo o de la pareja, o que implican niños u otras personas que no consienten. Estos impulsos deterioran la vida del sujeto: exhibicionismo, fetichismo, frotismo, pedofilia, masoquismo sexual, sadismo sexual, fetichismo transvestista, voyeurismo”.

Por su parte, el psicoanálisis reconoce componentes sadomasoquistas normales en todos los seres humanos y aunque parezca incorrecto, toda persona nace con cierta actividad sádica dentro de unos límites. Si éstos se sobrepasan, hablamos entonces de parafilia y, por tanto, en una enfermedad. Es por ello que muchas de las personas que tienen estas tendencias sexuales tienen antecedentes de trastornos mentales.

Conclusión y reflexión

Con todo ello se refleja, que se trata de dos figuras diferentes aunque tengan puntos en común, estamos ante dos aspectos donde existe la dominación y la sumisión pero desde diferentes perspectivas y finalidades.

Con este artículo ni estoy diciendo que esté a favor de la práctica del sadomasoquismo ni que no puedan darse técnicas de sadomasoquismo en relaciones de pareja donde exista la violencia de género, sólo quería poner de manifiesto el hecho de que no tienen porque ir los dos aspectos unidos y de que no hay que confundir una relación sexual “poco convencional” con un hecho delictivo que tantas muertes ocasiona. El consentimiento marca la diferencia.

------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Cristina Cañamares Gordillo
Estudiante de Criminología UOC
Licenciada en Derecho
Diplomada en postgrado de Criminalística

------------------------------------------------------------------------------------------------------------

WEBgrafía

-       Artículo Karen Vázquez (psicólogo):

http://www.elnuevodia.com/estilosdevida/amorysexualidad/nota/50shadesofgreyunahistoriasobrecontrolyviolenciadegenero-2013751/

-       Artículo Alberto Barrada (psicólogo):

http://psicovivir.com/2015/03/01/sadomasoquismo-y-sus-50-sombras/

-       Artículo de Irene Meler. Violencia entre los géneros. Cuestiones no pensadas o "impensables".
-       Artículo de Paz Olivares. Sadomasoquismo, ¿dónde están los límites?

-       Artículo Katia Silveria. Todo lo que querías saber sobre el sadomasoquismo.

http://curiosidades.batanga.com/6573/todo-lo-que-querias-saber-sobre-el-sadomasoquismo

-       Artículo Elena López García. LA FIGURA DEL AGRESOR EN LA VIOLENCIA DE GÉNERO: CARACTERÍSTICAS PERSONALES E INTERVENCIÓN. (Septiembre , nº 88 , 2004).


miércoles, 22 de abril de 2015

¿QUÉ ES LA CRIMINOLOGÍA VIAL?


Antes de profundizar en la definición de criminología vial, vamos a definir los dos conceptos (criminología y seguridad vial) por separado para poder comprender mejor a posteriori cuál es su significado en común y su campo de actuación.

LA CRIMINOLOGÍA es la ciencia que estudia el delito como fenómeno social e individual, e incluye básicamente el estudio de sus causas y la medición de su extensión; a la vez, que contribuye de forma decisiva a las formas de control y prevención del delito, o sea, a la Política Criminal (Serrano Maillo, 2009). Pero la criminología no solo se centra en la delincuencia en sentido estricto sino que también actúa sobre las conductas antisociales y la reacción que provocan en el medio, lo que se conoce con el nombre de "comportamiento desviado". 

Entonces, la criminología se ocupa del estudio y la prevención de los comportamientos delictivos y desviados, de las formas de control social (formal e informal) y de la reacción social frente a estos comportamientos. El concepto más extendido y estudiado es el de “ciencia empírica (de la práctica) y multidisciplinar, que tiene por objeto el estudio del crimen, del delincuente, de la víctima y del control social del comportamiento desviado del individuo”, nace con la finalidad de conocer, dar información real de esos objetos de estudio, intenta averiguar cuál es el origen, la etiología, el desarrollo y las variables que intervienen en el fenómeno criminal. 

Aporta conocimientos, si son verificados, sistemáticos y ciertos, porque en el método de estudio predomina más lo práctico que lo normativo. En el estudio de la siniestralidad vial, la criminología, basada en una nueva disciplina de criminología vial, trata de ofrecer soluciones prácticas, en base a experimentos reales y a la observación, desarrolladas en la carretera, tanto urbana como interurbana, para tratar de reducir el número de siniestros viales y por ende, de víctimas.

Y la SEGURIDAD VIAL como un “Conjunto de condiciones que abarcan múltiples factores (institucionales, legales, normativos, de infraestructura, factor humano, vehículo y asistencia de servicios de emergencia y médicos), que permiten que el transporte viario se realice con el mínimo riesgo de sufrir un accidente y, en caso de que éste se produzca, con las menores consecuencias posibles”

 Y la podemos  desglosar en  sus cuatro tipos:

1.    La Seguridad Vial Primaria: pretende evitar que se produzca el siniestro vial, e implica, estrategias, intervenciones y medidas dirigidas hacia la prevención; socializando al conductor y demás usuarios de las vías.

2.    La Seguridad Vial secundaria: tiene como objetivo minimizar consecuencias en caso de que se produzca el siniestro, interviniendo en la estructura de la red viaria y en las medidas de seguridad de los vehículos.

3.    La Seguridad Vial Terciaria: está constituida por aquellas estrategias y/o intervenciones que se ponen en práctica una vez ocurrido el siniestro vial.

4.    La Seguridad Vial Cuaternaria: encaminada a la atención de las victimas (ya sean primarias o secundarias  y a la reinserción de las mismas en la sociedad.

La clasificación expresada anteriormente, está actualmente consolidada y es usada cotidianamente en el campo de la educación y seguridad vial, pero no contiene nada en lo relativo a la reeducación y reinserción del conductor, y no se le puede englobar en ninguno de los cuatro puntos expuestos en la definición.

Podríamos incluirle en la seguridad vial primaria, pero no sería del todo correcto, ya que el conductor está socializado vialmente, pero esa socialización es errónea o incorrecta, y necesita otro tipo de intervención con él, para que pueda integrarse de nuevo en la sociedad vial y convivir en ella de forma responsable.

 Por eso proponemos un quinto punto a la clasificación mencionada:

5.    La Seguridad Vial Quinaria: encaminada a la reinserción y reeducación del conductor antisocial y desviado.

Según la clasificacion dada (incluidos los cinco puntos), observamos -exceptuando el punto número dos-  como el factor humano es el predominante y causante de todos ellos (Figura 2), por tanto la criminologia juega un papel fundamental y puede intervenir en los puntos antes referenciados y asi como ciencia multidisciplinar intentar, en primer caso, prevenir, continuando despues por minimizar las consecuencias y ayudar tanto a la victima como al victimario.


Imagen: factores que causan los siniestros viales.(Juan Vecino Manibardo, 2012).


Por todo lo anterior podemos definir la CRIMINOLOGÍA VIAL como:


UNA DISCIPLINA CRIMINOLÓGICA ENCAMINADA AL ESTUDIO Y PREVENCIÓN DE LOS DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD VIAL, Y A LA RESOLUCIÓN DE TODO CONFLICTO QUE SURJA TRAS UN SINIESTRO VIAL; ACTUANDO SOBRE LOS COMPORTAMIENTOS DELICTIVOS O DESVIADOS DENTRO DE LAS VÍAS, A LA RESTITUCIÓN DE LA VÍCTIMA A SU ESTADO ORIGINAL; HACIENDO HINCAPIÉ EN LAS FORMAS DE CONTROL SOCIAL, TANTO FORMAL COMO INFORMAL Y A LA REACCIÓN SOCIAL QUE CAUSAN LOS SINIESTROS VIALES.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------


Jose María González y Juan Antonio Carreras

jueves, 16 de abril de 2015

”50 sombras” de violencia ( Parte I)

La polémica película “50 sombras de grey” basada en el primer libro de la trilogía de E. L. James ha desembocado un flujo interminable de opiniones, tanto a favor como en contra.
Uno de los principales problemas que creo que ha habido con el tema es que muchas de las críticas que he leído empezaban por: “…no lo he leído, pero…” o “…no he visto la película, pero…”.  Así no se puede hablar con propiedad de nada.

La gente puede tener diferentes opiniones sobre un mismo hecho, eso está claro, solo faltaría. Pero de ahí, a criticar vehementemente algo que no has leído o visto, me parece un ataque gratuito sin ningún valor.

No hay que perder de vista el hecho que se trata de un film que intenta explicar una historia, a mi parecer de amor pero con un aliciente que parece que no ha sentado demasiado bien: “el sadomasoquismo”. Elemento que no es nada nuevo en la gran pantalla, ya que podemos encontrar películas con un carácter mucho más “sado” como por ejemplo:

- 24/7 The Passion of Life, de Roland Reber. 2005. Alemania.
- SM-Rechter (S&M Judge), de Erik Lamens. 2009. Bélgica
- La Venus de las pieles, de Roman Polanski. 2013. Francia.
- La Secretaria de Steven Shainberg. 2002. EEUU.
- El portero de noche de Liliana Cavani. 1973. Italia.

Un poco de historia

Pero si profundizamos un poco en la historia, comprobamos que el tema del sadomasoquismo no es algo inventado en nuestro siglo XXI, sino que en el famoso libro del Kamasutra, del 300 AC, ya se mencionaban los golpes como algo común en las relaciones sexuales. Aspecto que también aparecía en el arte griego.




Pero la mayor popularidad del BDSM (Bondage; Disciplina y Dominación; Sumisión y Sadismo; y Masoquismo) surgió en el siglo XVIII, cuando algunos prostíbulos comenzaron a especializarse en traer mujeres para dominar a los hombres.
El psicólogo y médico forense Von Kraff-Ebing introdujo por primera vez este término en su libro “Psicopatía Sexual”, publicado en 1886. En su elaboración utilizó dos famosos autores:
-          Von Sacher-Masoch (masoquismo), escritor de varios libros, como “El legado de Caín” o “La Venus de las pieles”. Pero por lo que realmente se le recordó fue por el escándalo de sus preferencias sexuales, al igual que firmar contratos en condición de esclavo.

-          Donatiel Alphonse François, más conocido como el Marqués de Sade    (sadismo), escritor de novelas, de obras de teatro y tratados filosóficos. Aunque su popularidad vino de la mano de sus obras eróticas prohibidas durante mucho tiempo. La más conocida fue “Justine”, donde se hacía referencia a los latigazos, golpes y sogas que ataban a los dominados.
En 1905, Sigmund Freud describió el sadismo y el masoquismo como aspecto derivado del desarrollo psicológico aberrante desde la primera infancia, llamando neuróticos a aquellos quienes lo disfrutaban. Esto llevó a la primera utilización compuesto de la terminología en Sado-Masoquismo por el psicoanalista Isidor Isaak Sadger.
Por lo tanto, vemos, que no estamos hablando de ningún término que no se haya tratado antes con profundidad.

En la actualidad

Con el surgimiento de las famosas “50 sombras” se ha abierto un debate sobre el tema y en la mayoría de los casos se ha tachado a la película de ser una influencia y un reflejo de la sumisión de la mujer al hombre y de favorecer la violencia de género y la agresión sexual, tal y como refleja la psicóloga Karen Vázquez en su artículo cuando dice: “disfraza de romanticismo lo que realmente es una historia de violencia doméstica y de agresión sexual en una relación de pareja”.

O como también expone la revista científica Journal of Women’s Health: “la relación entre Grey y Steele está marcada por la violencia, el acoso, la intimidación y el aislamiento, lo cual es condimentado con erotismo para presentarlo como “sexy”.

Por el contrario también encontramos artículos que no son de la misma opinión como el del psicólogo Alberto Barradas quien considera: “La sumisa con su actitud controla al amo. Ella pone los límites del dolor y establece el acto de irse. En este caso 50 sombras muestran muy bien esta dicotomía psicológica donde la sumisa se convierte en dominante. La película 50 sombras muestra más una relación pasivo agresiva que una relación sadomasoquista”.

Pero la finalidad de este artículo, no es discutir sobre si la controvertida saga conlleva un mensaje oculto de agresión sexual o no. El debate me ha hecho reflexionar sobre la posibilidad de la existencia o no de una relación empírica entre sadomasoquismo y violencia de género. Es por ello, que para poder ver si realmente existe una relación, he querido investigar e ir un poco más allá para poder encontrar una respuesta.
Empecemos por definir los dos términos:


·         Sadomasoquismo: Palabra que viene de los términos “sadismo” y “masoquismo”.  Según el DRAE se puede definir el sadismo como: (De D. A. François, marqués de Sade, 1740-1814, escritor francés). 1. m. Perversión sexual de quien provoca su propia excitación cometiendo actos de crueldad en otra persona. 2. m. Crueldad refinada, con placer de quien la ejecuta.
Y por masoquismo:(De Leopold von Sacher-Masoch, 1836-1895, novelista austriaco).1. m. Perversión sexual de quien goza con verse humillado o maltratado por otra persona.2. m. Cualquier otra complacencia en sentirse maltratado o humillado.

·         Violencia de género: Todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o sicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada. (Asamblea General de la ONU. Resolución 48/104, 20 de diciembre de 1993).

Con las definiciones de ambos términos podemos encontrar ya alguna diferencia. En el sadomasoquismo encontramos dos figuras, una que siente placer provocando dolor y la otra que disfruta siendo humillado. Aspecto que en la violencia de género no se da, ya que aunque también intervienen dos partes agresor y víctima, en este caso la víctima no goza con las agresiones recibidas, no sé trata de ningún “juego peligroso” entre dos adultos.

La diferencia básica se encuentra en la presencia o no del consentimiento.
Dada la complejidad del tema en la segunda parte de este artículo desarrollaré las características de ambas figuras, así como la opinión de la disciplina psicológica y las conclusiones finales.

-----------------------------------------------------------------------------------------------------------

Cristina Cañamares Gordillo
Estudiante de Criminología UOC
Licenciada en Derecho
Diplomada en postgrado de Criminalística

-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

WEBgrafía

-       Artículo Karen Vázquez (psicólogo):

http://www.elnuevodia.com/estilosdevida/amorysexualidad/nota/50shadesofgreyunahistoriasobrecontrolyviolenciadegenero-2013751/

-       Artículo Alberto Barrada (psicólogo):

http://psicovivir.com/2015/03/01/sadomasoquismo-y-sus-50-sombras/

-       Artículo de Irene Meler. Violencia entre los géneros. Cuestiones no pensadas o "impensables".
-       Artículo de Paz Olivares. Sadomasoquismo, ¿dónde están los límites?

-       Artículo Katia Silveria. Todo lo que querías saber sobre el sadomasoquismo.

http://curiosidades.batanga.com/6573/todo-lo-que-querias-saber-sobre-el-sadomasoquismo

-       Artículo Elena López García. LA FIGURA DEL AGRESOR EN LA VIOLENCIA DE GÉNERO: CARACTERÍSTICAS PERSONALES E INTERVENCIÓN. (Septiembre , nº 88 , 2004).

martes, 7 de abril de 2015

Sexting. ¿Sabes a quién le das la llave de tu candado?

En mi afán por indagar en todos esos “ings” que nos bombardean cada día, hay uno que me llama especialmente la atención y que hemos oído miles de veces. El sexting, contracción anglosajona de sex y texting, se refiere al envío de contenidos eróticos o pornográficos vía teléfono móvil que parece extenderse cada vez más entre nuestros adolescentes[1].

No es un término novedoso, según las fuentes consultadas, ya apareció hace más de 10 años y, en encuestas de años posteriores (2008, EEUU), se ha podido constatar que:
-          más del 22% de las mujeres había enviado contenido erótico a través del móvil
-          el 33% de los chicos y el 25% de las chicas encuestadas habían admitido que se les había mostrado algún mensaje de asunto privado
A medida que ha ido pasando el tiempo y se han ido realizando encuestas, las cifras aumentan desmesuradamente.

No es de extrañar que alguno de nosotros, en algún momento de nuestra vida, enviemos o recibamos mensajes que comúnmente denominamos “subidos de tono”, pero las nuevas tecnologías nos hacen ir más allá, adjuntando fotos o videos de carácter privado que en innumerables ocasiones dejan de formar parte de nuestro ámbito más íntimo. Todo ello provoca una serie de consecuencias sociales que van desde la vergüenza hasta el suicidio, de ahí la gravedad de este “ing”. Asimismo, dependiendo del sistema jurídico de cada país, podemos caer en varios problemas legales (incluso penales):
· Producción, posesión y/o distribución de pornografía infantil
· Corrupción de menores.
· Vulneración del derecho al honor y a la propia imagen.
· Difusión ilícita de datos personales 
· Acoso.
· Sextorsión[2]

Según un artículo de elconfidencial.com de febrero de 2014, hemos de quitarnos de la cabeza de que es una práctica totalmente adolescente. Es cierto que una revolución hormonal combinada con ganas de divertirse y la facilidad de tener una cámara a mano en cualquier momento, propicia este hecho, pero la realidad es que más de un 50% de adultos lo ha llevado a cabo en algún momento, siendo variadas las tasas según género y franja de edad.

Siempre creemos que los factores de riesgo nacen de las personas a las que se les envía el mensaje, pero el mayor factor de riesgo se encuentra en nosotros, y es dentro de nosotros mismos desde dónde podemos erradicarlos. Por tanto, sólo de uno mismo depende que la difusión de contenidos privados no trascienda. Las soluciones también son diversas: desde pensarse dos veces a quién enviamos los mensajes o asegurarnos (algo difícil) de que quién lo recibe no hará un uso impropio o lo borrará, hasta evitar hacerlos llegar a según qué personas. Es un hecho empírico que quiénes más difunden estos mensajes son exparejas.

Lo que es alarmante es saber que hasta un 10% de jóvenes entre 10 y 16 años lo practican y las secuelas psicológicas que en ellos provoca. Así que la mejor previsión es asegurarse de que nuestros menores no lo hacen (siempre acabamos recurriendo a la importancia del proceso de socialización primario). Quiero hacer mención de una leyenda urbana sobre un médico que conozco que cuenta que cuando las chicas jóvenes van a pedirle consejo sobre anticonceptivos, siempre les dice: “La mejor manera de no quedarte, es no hacerlo”. Muchos dirán que eso es perderse la parte divertida de la vida a la par que placentera, pero no podemos negar que es una verdad como un templo que el riesgo en este caso se minimiza a cero. Igualmente, no está de más decir que es importante que seamos celosos, o como mínimo cautos, en lo que se refiere a nuestra intimidad.

Casos de sexting famosos:

- Hackeo del móvil de Scarlett Johansson
- Jennette McCurdy, presentadora de un programa infantil
- Jennifer Lawrence y su exnovio
- Descubiertos los escarceos sexuales de Tiger Woods fuera de su matrimonio por el envío de sms
- Sandra Bullock también descubrió que su exmarido le era infiel por imágenes y mensajes explícitos que se encontraban en su móvil, al igual que Eva Longoria y Tony Parker.

Lo que está claro es que lo que hacemos con nuestro móvil, no es lo que se puede hacer con una bicicleta, así que hay que tener cuidado de dejar la llave del candado en según qué manos.

“Ab amico reconciliatio cave” – Guárdate de amigo reconciliado



[1] Fuente: Wikipedia 
[2] La sextorsión (extorsión sexual) es una forma de explotación sexual en la cual una persona es chantajeada con una imagen o vídeo de sí misma desnuda o realizando actos sexuales, que generalmente ha sido previamente compartida mediante sexting.



Angie Muñoz
Estudiante Criminología UOC
Twitter:@anxineta

Administradora Blog Ex Unge Leonem: anxineta.blogspot.com