lunes, 16 de mayo de 2016

DICTADORES: EL ÁNGEL DE LA MUERTE




Hablar de Josef Mengele e intentar plasmar en un artículo la magnitud de su maldad es trabajo harto complicado para personas cuerdas. Para los que no lo conozcáis Josef Mengele, también conocido como “El ángel de la muerte” fue el médico del campo de concentración de Auswitch en Polonia. Es de sobras conocido que los tiempos de guerra tapan innumerables crímenes de guerra que se descubren posteriormente, y aquí es donde entran en juego personajes como el que nos ocupa: sádicos, crueles, megalómanos, la maldad personificada en una persona que se presentaba con su bata blanca delante de los presos asustados, sin poder imaginarse que iban a ser las víctimas de uno de los personajes más crueles de la historia.

Josef Rudolf Mengele nació el 16 de marzo de 1911 en Günzburg, Baviera, Alemania. Hijo de Walburga Mengele y Karl Mengele, fundador de una  próspera compañía de maquinaria de campo y ferviente nazi. En 1935 se licenció como antropólogo en la Universidad de Munich y dos años más tarde, en el Instituto de Biología Hereditaria e Higiene Racial. Se convirtió en asistente del doctor von Verschuer, reputado científico en el área de la genética. Mengele estudió además bajo la tutela de Theodor Mollison y Eugen Fischer, de quienes es sabido que practicaron experimentos médicos en Namibia.

En 1937 se unió al Partido Nazi, y, en 1938 tras titularse como médico, ingresó en las SS. Después de servir como soldado de infantería, en 1940 se unió al servicio médico de las Waffen-SS, obteniendo varias distinciones (entre ellas la cruz de hierro), y en abril de 1943 fue ascendido a Capitán. Tan sólo un mes después, Mengele fue enviado al campo de concentración de Auschwitz-Birkenau donde fue nombrado Oficial Médico.

Aquí comenzó todo....




Desde abril de 1943 y hasta el 17 de enero de 1945 Mengele dio rienda suelta a su instinto asesino libre e impunemente como veremos más adelante. En ocasiones mataba a presos simplemente para diseccionarlos y los gemelos eran su predilección. Los niños pronto empezaron a temer al doctor y a intentar complacerle ya que sabían que quien no lo hacía, desaparecía misteriosamente. Ante un brote de tifus en el año 1943, Mengele decidió erradicarlo enviando a las cámaras de gas a 600 mujeres infectadas y posteriormente desinfectar los barracones para erradicarlo.

Una de sus tareas consistía en recibir a los nuevos internos y decidir con un simple movimiento de mano quien vivía y quien moría. Quienes recibían la negativa eran enviados a la cámara de gas para su exterminio inmediato, mientras que los demás eran ingresados en el campo en donde sufrían las más terribles vejaciones. Mengele fue conocido por los experimentos médicos que realizaba sobre lo que él consideraba como simplemente “ratas judías”. Sus terribles instrumentos iban desde los más conocidos aparatos de tortura hasta tinas de ácido e inyecciones de sustancias desconocidas.

Mengele era un ferviente creyente de las doctrinas de Rosenberg acerca de la antropología racial nazi, la paleontología y arqueología de la "raza superior" y un filósofo nazi en toda regla.

Alabado por su éxito entre los nazis, Mengele continuó experimentando según él bajo propósitos científicos como por ejemplo comprobar cuanto tiempo podía estar una niña recién nacida sin amamantarse hasta morir; le encantaba realizar pruebas de radiación y resistencia del dolor en humanos.

Para todos estos fines resultaban muy útiles los gemelos pues multiplicaban las posibilidades de estudio, ya que, si uno fallecía durante los experimentos, se podía continuar la investigación con su hermano. Les inyectaba distintas sustancias químicas en los ojos para ver si podía cambiarles el color, intentó demostrar que los huesos humanos podían ser manipulados a voluntad, alterándoles la forma mediante crueles fracturas (esto se hacía con particular maldad sobre las "mandíbulas judías), y se entretenía suturando juntos a pares de hermanitos para averiguar si podían fabricarse "siameses artificiales".



 
Mengele examinaba minuciosamente a los gemelos, y hacía tomar escrupulosas medidas físicas. El médico encargado de las mediciones (generalmente un prisionero) no podía olvidar nada. Durante los primeros días, a la mayoría se la dejaba vivir. Cuando ya no les servían eran asesinados mediante una inyección de fenol o cloroformo en el corazón, teniendo mucho cuidado de que murieran exactamente en el mismo momento.

La cirugía experimental o simplemente por sadismo era habitual en Auswitch. El escalofriante testimonio de uno de estos gemelos supervivientes declaraba: "Un día se llevaron a mi gemelo, Tibi, para ciertos experimentos especiales. Mengele lo operó varias veces. En una de esas oportunidades, lo operó de la médula espinal para dejarlo paralítico. Luego, le arrancó el pene y los testículos. Lo operó cuatro veces, y luego, mi hermano nunca más apareció. No puedo explicar lo que sentí. Me habían quitado a mi padre, a mi madre, a mis dos hermanos mayores y ahora Mengele se llevaba a mi hermano gemelo".



 Los "niños de Mengele": dos pares de gemelos (Auschwitz)

Solo 180 de los 3000 gemelos que entraron en Auswitch sobrevivieron a sus experimentos.

A partir de la liberación del campo de concentración por parte del ejército rojo, la historia de su huida es algo confusa. Según la versión más extendida, Mengele huyó disfrazado de soldado de la Wehrmacht (fuerzas armadas alemanas) tras abandonar su uniforme de las SS. Sin embargo, fue capturado por los aliados que, al no conocer su identidad, le dejaron en libertad.

En este caso el destino le sonrió, pues pocos meses después, en abril de 1945, fue identificado como uno de los principales criminales de guerra nazis y se encontraba en las listas de la Comisión de Crímenes de Guerra de Naciones Unidas. A partir de ese momento, los aliados nunca detuvieron su búsqueda.

Josef Mengele viajó a la Argentina desde la ciudad italiana de Génova. Como médico, se dedicó a hacer abortos (que en Argentina son ilegales) e incluso fue procesado por la muerte de una paciente. Más tarde compró una empresa farmacéutica y se mudó a Vicente López, un suburbio bonaerense de clase alta. Cuando Israel raptó a Eichmann, Mengele comprendió que Argentina ya no era segura y huyó al Paraguay, gobernado a la sazón por el dictador Alfredo Stroessner (en realidad Alfredo Strößner), hijo de alemanes y simpatizante de la causa nazi. Mengele pasó a Brasil donde vivió como administrador de campos hasta 1979, cuando sufrió un ataque cardíaco mientras nadaba en el mar y murió ahogado.


Alma Sabán
Licenciada en Historia
Máster en Formación de Profesora de Ciencias Sociales



Referencias


  • Los niños del Brasil (Ira Levin)
  • Cazadores de nazis (documentales Discovery Max)

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