EL
CIRCO DE LOS HORRORES: TORTURA (PARTE I)
Esta definición no varía en
demasía desde tiempos de Ulpiano, por allá en el s.III, hasta la expuesta por
historiadores del s.XX, como sería el caso de John Heath. Casi todas las
descripciones que encontramos por el camino a través de los siglos, tienen que
ver con un ideal de justicia de cada tiempo analizado y siempre refiriéndose al
dolor impuesto por funcionarios/autoridades públicas para conseguir la verdad o
simplemente como castigo por un crimen merecedor de dicho desenlace. Aquí
quisiera realizar un apunte personal, a
modo de crítica quizá impulsada por un trabajo paralelo sobre “personalidades desviadas”, y es que es
muy difícil encontrar alguna interpretación oficial que considere la tortura
como “pasatiempo”, que según la
RAE sería la “diversión
y entretenimiento en que se pasa el rato” y cuyo uso todavía parece no
estar reconocido.
Las primeras pruebas gráficas
sobre la existencia de esta práctica la encontramos ya en la Época Clásica de la Antigua Grecia y la Roma Imperial. A través de
pinturas murales y de relatos en obras literarias, podemos comprobar que era un
ejercicio bastante recurrente para demostrar la supremacía de hombres con
consideración de libres sobre aquellos otros esclavos.
La tortura en Grecia recibía el nombre de básanos (probar con la piedra de toque; ensayar,
comprobar, verificar, experimentar, poner a prueba, atormentar). Y en la obra
de teatro “Las ranas” de Aristófanes en el 405 a .C, ya aparece un
fragmento que denota la normalidad con la que es acogida esta costumbre cuando
existe alguna ofensa que debe ser castigada: “Atalo a una escala, cuélgalo o azótalo.
Apila piedra sobre él, échale vinagre en la nariz. Azótalo con cerdas, pero no
con puerros o cebollas”.
La cultura romana, en cambio, se consideraba más benévola, menos cruel
en cuanto a este uso; afirmación que hace saltar todas las alarmas entre los
amantes o simples conocedores de la época. Esta declaración era la que nos
querían hacer creer bajo el disfraz de que sólo se penaba de esta forma los
delitos penales, y no los civiles como hacían sus vecinos los griegos. Lo que no
nos contaron era que un nuevo tipo de delito político, denominado Crimen
Maiestatis y que se basaba en la ofensa hacia el Emperador, era
considerado sacrilegio y recibiría el castigo propio del resto de delitos
penales, es decir, la tortura. No hace falta aclarar que no había que
esforzarse mucho para que cualquier acción pudiera suponer una ofensa hacia el
Emperador.
Hay un hecho destacable, que en
todos los libros y páginas web consultadas se menciona como “curiosidad” y que
podría ser perfectamente uno de los argumentos que sustentara mi crítica
anterior, relacionado con el periodo romano; se nos explica cómo Calígula
mientras desayunaba o se divertía tenía por costumbre realizar interrogatorios
mediante tortura, dónde exigía que a fin de conseguir la verdad se les cortara
las manos a los interrogados, o se les aplicara fuego en sus partes pudendas. Y
es que en esta época en que las penas se basaban en el castigo corporal, como
la crucifixión o la “muerte por fuego” o siendo tirados a las bestias feroces,
encontramos curiosos métodos como:
EL
POTRO:
también llamado Ecúleo, consistía en una tabla lisa sobre caballetes donde se
colocaba a la víctima de tal forma en que sus extremidades superiores e inferiores
eran atadas a un complejo sistema de pesos y cuerdas que a modo de poleas
tiraban de ellas en sentido opuesto a fin de provocarle un primer desgarro
muscular seguido de la dislocación de sus huesos. Un efecto similar intentaba
provocar el método denominado “Lignum” y también usado en dicha época, que
consistía en dos trozos de madera que intentaban romperle las piernas al
sujeto.
EL
UNGULAE:
Su origen se encuentra en la época romana aunque hay que destacar que ha sido
de los métodos que ha ido evolucionando y engendrando diversas modalidades a lo
largo de la historia. Es el conocido método de los garfios que laceran la
carne. En la parte sobre los métodos en la
Edad Media veremos alguna variante.
CURIOSIDADES: en
un videojuego flash llamado Let’s Play: Ancient Greek Punishment, se recrean
castigos eternos propios de los mitos helenos de forma ingeniosa, divertida y
brillante, como serían:
-
La roca de Sísifo, castigado a llevar
una piedra hasta la cima de una montaña y antes de llegar dejaba caer la piedra
de nuevo para repetir el proceso una y otra vez.
- El
hambre y sed eternas a las que fue castigado Tántalo mientras estaba en un lago
con agua hasta la barbilla y bajo una rama baja repleta de fruta.
- Las 50 hijas de Dánao mataron a sus 50 maridos
y fueron condenadas a llenar un tonel sin fondo en el Inframundo.
- Prometeo
que fue castigado por robar el fuego del monte Olimpo fue encadenado en una
montaña y un águila le iba comiendo el hígado de día, mientras que de noche se
le regeneraba el órgano y así poder estar entretenidos durante 30.000 años.
- Estas
4 pruebas se ven complementadas por una quinta basada en una de las paradojas
del movimiento de Zenón
Si os queréis reír un par de
minutos viendo en qué se entriene la gente, os recomiendo que pinchéis en el
enlace:
“Adhuc
Stantes” – Lema
del Instituto Santa Isabel de Hungría (“Todavía en pie”)
Angie Muñoz
Estudiante de Criminología UOC
Twitter: @anxineta
Bibliografía
“La tortura”, Alec Mellor , Ed.
Estela 1964 Barcelona
“La tortura”, Edgard Peters,
Ed. Alianza 1985 Madrid
“Discurso sobre la tortura”
Juan Pablo Corner, Ed. Crítica 1990 Barcelona
* Wikipedia e informes on-line
de Amnistía Internacional
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