Harold Frederick Shipman. El médico asesino
Harold Frederick Shipman nació en Inglaterra en Enero
de 1946. Su madre falleció de cáncer de pulmón, cuando él tenía 17 años.
Shipman nunca olvidaría el sufrimiento que vio padecer a su madre, contemplando
cómo se consumía y sufría fuertes dolores, que los médicos apaciguaban con
grandes dosis de morfina. Esas escenas quedaron fijadas en la mente de Shipman,
ya que más tarde utilizaría la morfina como parte de su ritual de asesinatos
como procedimiento para matar por sobredosis.
En 1965 entró en la Universidad de Leeds para estudiar
medicina. Allí conoció a la que fue su mujer, Pimrose. Se casaron en noviembre
de 1966 y tuvieron 4 hijos.
En 1970 se licenció y empezó a trabajar como médico
residente en el Pontefract General Infirmary de West Yorkshire, donde la
mayoría de sus pacientes decían de él que era una persona muy amable y muy
sincero en sus diagnósticos. Sus compañeros de profesión consideraban que era
un médico en el que se podía confiar y muy entregado a sus pacientes, siempre
disponible y trabajador.
Shipman fue arrestado por primera vez en 1975 por
falsificar documentos para conseguir petidina (Analgésico
opiáceo, agonista puro, con propiedades semejantes a morfina pero de más rápida
aparición y más corta duración) para su propio consumo, ya que el hecho de no saber
delegar funciones y querer hacerlo todo él le llevo a un estado de estrés y
ansiedad que solo se le calmaba con los medicamentos.
Shipman continuó trabajando como médico en Hyde
durante la década de los '80, hasta que en 1993 fundó su propia clínica en
Market Street, haciéndose un respetable miembro de la comunidad. Fue entonces
cuando empezó a matar de forma sistemática. Los mataba en las visitas a sus
propios domicilios inyectándoles fuertes dosis de morfina. Después expendía el
certificado de defunción donde indicaba que la causa de la muerte era natural.
La mayoría de los cadáveres fueron incinerados, y
aunque otro médico tenía que confirmar la causa de las muertes, la mayoría de
colegas de profesión se limitaban a confirmar desde su consulta los
certificados de defunción sin ninguna exploración a los cuerpos.
La Doctora Linda Reynolds de la Brooke Surgery en
Hyde, en marzo de 1998, preocupada por los altos índices de mortalidad de los
pacientes de Shipman, fue a visitar a John Pollard, el coronel de distrito de
South Manchester. El caso inquietó a la policía, pero no tenían suficientes
pruebas como para arrestarlo y levantar cargos contra él, por lo que cerraron
el caso.
Su última víctima fue Kathleen Grundy, una anciana que
falleció en 1998. Cuyo certificado de defunción había realizado Shipman después
de matarla. La hija de Grundy quedó desconcertada cuando se enteró que su madre
la había desheredado y que la herencia era para el doctor Harold Shipman. Fue
entonces cuando informó a la policía de lo sucedido y se reabrió el caso. El cuerpo
de Grundy fue exhumado y examinado, y en él se encontraron rastros de morfina.
Shipman fue arrestado el 7 de septiembre de 1998. La
policía empezó a examinar otras muertes certificadas por Shipman y elaboró una
lista de 15 muertes para investigar, en los que hubo sobredosis de morfina.
En el juicio celebrado, el 31 de enero de 2000, se
condenó a Shipman por el asesinato de 15 de sus pacientes, por lo que el juez
lo condenó a 15 cadenas perpetuas consecutivas y recomendó que nunca fuese
liberado. En 2002, Harold Shipman fue expulsado del Registro Nacional de
Médicos británicos.
Shipman negó su culpabilidad y nunca hizo
declaraciones sobre sus actos. Algunas personas dicen que los asesinatos
dirigidos hacia mujeres mayores, se debían a que Shipman había sufrido mucho
con la dolorosa muerte de su madre que murió cuando él era joven mientras que
otros dijeron que era un deseo arrogante de poder controlar quién vivía y quien
moría, es decir, de controlar vida y muerte.
Incluso después del juicio la policía siguió con la
investigación contra Shipman, y concluyó que el doctor habría matado a unas 250
personas.
Shipman fue encontrado colgado en su celda de la prisión
de Wakefield a las el 13 de enero de 2004, un día antes de cumplir 58 años. El
motivo del suicidio nunca fue esclarecido, pero según su oficial de libertad
condicional, consideraba el suicidio como una manera de que su esposa pudiera
recibir una pensión del servicio médico nacional y una suma global, aunque lo
habían privado de su pensión.
Muchas
de las legislaciones británicas sobre medicina fueron repasadas y modificadas a
consecuencia del resultado directo e indirecto de los crímenes de Shipman.
Cristina
Cañamares Gordillo
Estudiante
de Criminología UOC
Licenciada
en Derecho
Diplomada
en postgrado de Criminalística
Coadministradora
del Blog “Criminología de estar por casa”
Webgrafía
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