Conocemos realmente los
orígenes de esta particular parte del crimen organizado.
Desde el siglo XVI en adelante, ha ido formando parte de la
historia de muchos países. Ya bien mediante enfrentamientos o en convivencia con
el Estado, no ha dejado de expandirse y hoy es global.
La palabra “mafia” es un término utilizado para una parte
especial del crimen organizado; extendido desde su origen en la Italia
meridional a cualquier grupo del crimen organizado con similares características
sin importar su origen o situación geográfica.
Todas las mafias responden a un mismo rasgo común: su
obsesión por la riqueza. Sus elementos centrales son la violencia y el poder.
Centrándonos ya en la peculiaridad de la “Mafia italiana”,
debemos remontarnos a sus orígenes. Hace ya más de siglo y medio, que el sur de
Italia estaba repleto de tierras con sus respectivos caciques. Estos caciques
crecieron y se expandieron. Junto con sus “hombres de respeto” y sus clientelas
elaboraron las poderosas mafias que conocemos a día de hoy.
La Cosa Nostra siciliana, la Camorra
napolitana o la
‘Ndrángheta calabresa…
son un ejemplo de su imparable
evolución, ya que todas ellas han llegado
hasta nosotros en muy
buen estado.
En sus orígenes las mafias eran organizaciones que
intervenían en la vida socio-política, trataban de controlar las elecciones
colocándose ideológicamente en el liberalismo y en el capitalismo…
Una de las figuras, quizás, más sonoras de este grupo es la
del “Capo” que era el encargado de mediar en los conflictos sociales y de
protección. Dicha mediación exige ser pagada al igual que la protección de la
cual nadie puede salvarse, convirtiéndose así en los principios de la extorsión
de la Mafia.
A día de hoy, en pleno siglo XXI, estas organizaciones han
fusionado sus viejas costumbres con nuevas ideas… llevando así a la Mafia a nuevos
mundos geográficos, económicos y sociales diversos.
Desde los 80 se dan encuentros entre la figura conocida como
el “Capo” y los empresarios. La ilegalidad y los crímenes confieren la empresa
mafiosa: intimidación, competencia desleal… utilizando “todas las armas” para
conseguir hacerse con el dominio del mercado.
De esta manera conseguían lucrarse satisfactoriamente sin
pagar “ni un centavo” de impuestos. Sus aliados más fieles los bancos
(encargados de blanquear el dinero y no dejar huella).
Tal era el panorama en este tiempo, que muchas empresas que
no tenían nada que ver con “la Mafia” optaban por aliarse con ella para evitar
problemas laborales. Es el caso de la “conchabanza” entre la Coca-cola y la
‘Ndrángheta calabresa en 1971.
Con sus múltiples adaptaciones, la organización criminal es
hoy más fuerte que nunca, ya que está más conectada al poder político, ha
entrado en la economía mundial, en las relaciones socioculturales… contactando
también con otras organizaciones criminales (rusa, albanesa, turca…).
Las Mafias han dejado de ser un problema de Italia, para
convertirse en un problema a nivel mundial.
Carla Soto Beceiro
Lda. Criminología USC
Estudiante de Psicología
Perito judicial en reconstrucción de accidentes de tráfico (cursando)
Redactora
en la Página Web “Criminología de estar por casa”
Contacta mediante e-mail: carlasoto_18@hotmail.com
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