APERTURA DEL MUSEO DEL CRIMEN
DE SCOTLAND YARD
Scotland Yard
es una de las fuerzas policiales más conocidas internacionalmente, por mucho
que “Scotland” pueda parecer que hace referencia a una policía escocesa, no
tiene nada que ver. El nombre se debe a la localización de su sede original, ya que estaba ubicada en la
calle Great Scotland Yard, y su fama mundial se expandió aun más cuando el
detective de ficción, Sherlock Holmes, lo llevó a las grandes pantallas por
todo el mundo.
Centrándonos
ya de lleno en la noticia, sabemos que en el interior del edificio de la prestigiosa policía se puede encontrar
el más antiguo y completo museo que alberga los elementos criminales más
diversos y múltiples del mundo. “The Yard”, como también es conocida esta
policía londinense, exhibe una macabra colección de armas homicidas y cualquier
otro objeto utilizado en sus investigaciones de más resonancia, de las cuales
hablaremos más adelante, pero podemos adelantar que se trata de casos tan
sonoros como “Jack the Ripper”.
Con ayuda de
la policía Metropolitana de Londres y la oficina contra el crimen del
Ayuntamiento de la ciudad, el museo de Londres será el encargado de organizar
esta muestra fascinante, que aventuramos que estará abierta desde el 9 de
Octubre de este año, por lo que para los impulsivos comentamos que ya pueden salir corriendo hacia Londres, hasta
el 10 de abril de 2016.
Como anticipo
de la exposición, que cubrirá 140 años
de historia criminal, desde 1875 hasta la actualidad, se reveló una selección
de objetos o pruebas que reflejan la evolución del crimen y las tácticas
policiales a lo largo del tiempo, explicó la comisaria Julia Hoffbrand.
“Como parte de nuestra modernización, queremos ser más
abiertos a los ciudadanos, de ahí la idea de mostrar por primera vez las piezas
de nuestro museo”, declaró el subcomisario de la MET, Martin Hewitt.
ORIGEN E HISTORIA DEL
MUSEO DEL CRIMEN
El origen de
este museo se remonta a 1869, cuando la promulgación de una ley permitió a las
autoridades policiales británicas conservar las armas de los prisioneros.
El fin de esta medida era mejorar el
armamento de los medios policiales, también aportar algo de valor a la
didáctica de formación de los nuevos guardias e inspectores, y ya de paso, una
ventaja más para retirar armas de la circulación colocándolas en el bando de
“los buenos”.
Cinco años
después, este museo ya estaba preparado para realizar esa exposición, ya que
había una cantidad suficiente como para su apertura, que repetimos una vez más
era para el uso exclusivo de los investigadores o estudiantes y futuros policías,
y así nació y permaneció, para su utilización interna.
Su
popularidad, llevó al museo una gran fama y ganas de introducir las curiosas
narices dentro, poder ojear que era lo que exactamente escondía tras sus altos
muros. Entre ellos, un reportero del diario “The observer”, trató de conseguir
la autorización que precisaba si quería verlo, pero no lo consiguió, y a modo
de venganza lo denominó el Museo Negro, y así se le conoció durante décadas
hasta que recientemente fue rebautizado como El Museo del Crimen, que esta vez,
aunque temporal, si abrirá sus puertas al público.
Muchos de los
que pasaron por allí por invitación privada fueron personajes como el creador de Sherlock Holmes, el escritor
Arthur Conan Doyle, o el escapista Harry
Houdini.
TESOROS DEL CRIMEN
Podemos contar
con más de 600 objetos que Scotland Yard reveló por primera vez y expondrá en
vitrina pública en Londres, parte de los que
forman la colección privada de la policía británica. Este museo alberga
piezas del departamento donde Dennis Nilsen guardaba a sus víctimas
descuartizadas, la cuerda que mató a Ruth Ellis (la última mujer en ir a la
horca en Inglaterra), el primer telégrafo que permitió la captura del asesino
conocido como DR. Crippen y pistas del célebre caso inglés Craig – Bentley,
entre muchas otras.
Según asegura la página web de Scotland Yard, allí podremos encontrar la pistola que Ruth Ellis utilizó para matar a sangre fría a su amante, la cuerda utilizada para ahorcar al criminal conocido por George Platts, datado de 1847.
Según asegura la página web de Scotland Yard, allí podremos encontrar la pistola que Ruth Ellis utilizó para matar a sangre fría a su amante, la cuerda utilizada para ahorcar al criminal conocido por George Platts, datado de 1847.
Muchos más
objetos nos invitarán a entrar de lleno en el mundo del crimen, como el caso de
los Hermanos Stratton, dos ladrones que fueron condenados en 1905 gracias al pionero uso de las huellas
digitales, de manera que se intensificó y mejoró la técnica de la investigación
criminal. También veremos el violín de Charles Peace, un ladrón conocido como
el Paganini moderno, que durante el día tocaba por las calles y luego robaba
casas con una escalera plegable, finalmente fue ejecutado en 1879, tras matar
al marido de su amante.
Algo que nos
podría llamar mucho la atención es la bomba que los nacionalistas irlandeses colocaron
en la estación londinense de Paddington en 1884 y que no estalló.
Del legendario
Jack the Ripper, encontramos los apuntes de 1888 del detective Donald Swanson, al cual citamos más adelante.
También podremos encontrar una botella de champán de los autores del robo de 1963 encontrada en el escondrijo de Ronnie Biggs, el famoso atraco al tren de correos entre Glasgow y Londres, un ordenador calcinado de un reciente atentado terrorista de 2007 en Glasgow cuando un terrorista empotró un coche bomba en la terminal sin causar heridos (pese a que el ordenador se encontraba en un avanzado estado de calcinación, la policía consiguió rescatar un 96% de información, lo que permitió vincular el suceso a dos coches comba hallaos el día anterior en Londres), un cojín para alfileres bordado en 1879 con su propio pelo por Annie Parker, una desgraciada mujer alcohólica detenida 400 veces, o el molde del rostro de Daniel Good, asesino ejecutado en 1872.
También podremos encontrar una botella de champán de los autores del robo de 1963 encontrada en el escondrijo de Ronnie Biggs, el famoso atraco al tren de correos entre Glasgow y Londres, un ordenador calcinado de un reciente atentado terrorista de 2007 en Glasgow cuando un terrorista empotró un coche bomba en la terminal sin causar heridos (pese a que el ordenador se encontraba en un avanzado estado de calcinación, la policía consiguió rescatar un 96% de información, lo que permitió vincular el suceso a dos coches comba hallaos el día anterior en Londres), un cojín para alfileres bordado en 1879 con su propio pelo por Annie Parker, una desgraciada mujer alcohólica detenida 400 veces, o el molde del rostro de Daniel Good, asesino ejecutado en 1872.
En muchas
ocasiones, los periodistas nos hemos preguntado si habría algún motivo más para
no permitir el acceso a cualquier persona, a lo que nos contestaron en alguna
ocasión o pudimos averiguar que allí podríamos encontrar objetos que pudiesen
herir severamente nuestra sensibilidad, o despertar con firmeza nuestra
curiosidad y ganas de saber más, todo depende de cada cual. Hablamos de objetos
como por ejemplo la mano amputada de un criminal, del cual no obtuvimos su
identificación, llegada desde Alemania para su identificación dactilar.
Personalmente,
sería de esas personas que si lo viera
se quedase con ganas de más, en lugar de salir espantada al otro extremo de la
sala. El crimen no está hecho para todo el mundo, y su estudio es lago ya
mayormente peliagudo y vulnerable.
EL MUSEO EN LA
ACTUALIDAD
En sus galerías
para los que han entrado y lo han descrito, podemos ver desde sogas para
ajusticiar a los criminales doscientos años atrás hasta armas secretas ocultas
en paraguas o zapatos.
También
incluye una amplia colección de pistas vinculadas al previamente citado asesino
en serie, Jack el Destripador (o como se
le conoce allí por sus macabras actuaciones, Jack the Ripper). Aventuramos que
la familia del inspector que se ocupó del caso donó una carta que relaciona la
identidad del asesino con Aaron Kosminski como responsable de la muerte de las
cinco prostitutas de Whitechapel en 1888. Sin embargo, ya sabemos que
nunca hubo pruebas concluyentes ni
suficientes como para incrimínalo en un juicio y el misterio siguió su cauce.
Continuando
con la descripción del museo para los que estén interesados o los que no puedan
ir a visitarlo durante el tiempo en que se permita las visitas hasta que éste
cierre sus puertas al público, que será el 20 de abril del próximo año.
Con su última
mudanza hasta la actual ubicación de la Nueva Scotland Yard, el museo quedó
dividido en dos habitaciones, una que replica la versión original de una
extensa exposición de armas datada de antes de 1900 con sus propietarios como
serían Jack the Ripper o Charlie Peace, del cual encontramos un violín de su
pertenencia en la exposición, y otra que
incluye lo recogido posteriormente, y que se encuentra dividida en ocho
secciones, como son:
-
Asesinatos célebres
-
Envenenadores famosos o de renombre
-
Crímenes de policías
-
Atentados contra la realeza
-
Robo a bancos
-
Espionaje
-
Acoso
-
Rehenes y secuestros
También
comentamos que las últimas noticias son que se abrirán otras partes en el
museo, entre ellas una introductoria, una recreación del Museo del Crimen tal y
como era cuando se fundó en el siglo XIX, y otra última donde se analizarán 25 casos significativos.
Y finalmente,
para dejar buen sabor de boca, abrirán
una última fase destinada al público para su reflexión y para escuchar
testimonios que invitarán a pensar acerca de las causas del crimen, señala
Hoffbrand.
Lamentablemente,
todo este atractivo museo expuesto desde el 9 de octubre de este año, no
permitió el acceso para cualquiera que no estuviese expresamente invitado.
VISITA EL MUSEO DEL
CRIMEN DE SCOTLAND YARD
Si se meten en
el link, podrán acceder a la página web británica del museo. Según aseguran, se
da preferencia de entrada a todo aquel que alegue la visita a motivos
formativos. La misma ofrece un recorrido de 45 minutos de duración, breve pero
intenso como se diría.
“La naturaleza del crimen cambia según cambia la naturaleza
de la sociedad, pero en lo esencial muchas cosas se mantienen igual. Siempre
hay autores, víctimas y policía. Los motivos
y el tipo de violencia son
también parecidos, así como el sufrimiento que se desencadena” Hewitt.
Marta López Ger
Estudiante de Criminología en la UCJC
Estudiante de Periodismo en la URJC
Blogger de páginas web de
Criminología y Moda
Redactora en la Página Web “Criminología de estar por casa”
Contacta mediante e-mail:
martuchiger@gmail.com
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