lunes, 16 de noviembre de 2015

Grandes Asesinos de la Historia




Tres en 1: Herbert Mullin

La semana pasado os empecé a hablar de la ciudad de Santa Cruz (California) conocida como “Capital Mundial del Asesinato” a causa de los tres asesinos en serie que en ella actuaron durante los años 70.

El lunes pasado os hablé de Ed Kemper y hoy os hablaré del segundo asesino de ésta historia: Herbert Mullin.


Mullin nació el 18 de abril de 1947 en Salinas, California, pero creció y se crió en Santa Cruz. En principio y por lo general tuvo una infancia bastante normal, su padre (veterano de la Segunda Guerra Mundial) era estricto con él pero no abusivo, y le enseño a manejar un arma de fuego. Aunque Mullin confesaría, años más tarde, que lo maltrataba.

Mullin destacó en el colegio como estudiante y deportista, era popular y tenía muchos amigos y una novia estable. Incluso fue elegido por sus compañeros como el alumno que tenía más posibilidades de tener éxito en la vida. Pero hubo un acontecimiento que cambió todo eso para siempre.

Uno de los mejores amigos de Herbert murió en un accidente de moto, y este acontecimiento lo dejó destrozado y su estabilidad mental empezó a desmontarse. Algunos psiquiatras incluso dijeron que fue lo que detonó su locura. Herbert levantó un santuario en su habitación para su amigo y empezó a pasarse horas y horas encerrado, sumido en la más profunda depresión.

Fue entonces cuando se obsesionó con la idea de la reencarnación, hasta el punto de estudiar religiones orientales para hallar la respuesta a la pérdida de su amigo y a las voces que empezaron a hablarle. (Padecía trastornos esquizofrénicos). En 1967 ingresó en un instituto sobre Religiones Orientales y fue allí donde inició el consumo de LSD de forma regular. Las drogas no eran algo nuevo para él, ya que uno de los amigos de su amigo fallecido lo introdujo dentro del movimiento hippie donde ya empezó a tomar substancias adictivas. En esa época también le surgió la idea de que iba haber un terremoto en California y tenía que mudarse. Aspectos que fueron asustando a la que era su novia, con la que finalmente terminó al declararse que quizá era homosexual. 

La guinda del pastel para su posterior ingreso de forma voluntaria en una institución mental, fue el episodio que sucedió cuando fue a visitar a su hermana a la que pidió mantener relaciones sexuales y la imitación de todos los movimientos durante 4 horas de su cuñado. En ese momento Herbert se asustó de sus comportamientos y no puso ningún impedimento a su ingreso en el centro psiquiátrico.

Se puede destacar la fuerte crisis de identidad que Herbert sufrió ya desde su juventud: quiso ser militar, luego se inició en el movimiento hippie y veneró el pacifismo, la naturaleza y la meditación. Después abandonó todo eso y se unió a un grupo de lectura bíblica, queriendo, incluso, convertirse en sacerdote católico.

En todo este marco de trastorno de identidad, Herbert llegó a pensar que él tenía una posición en el mundo y en el sistema de reencarnaciones y que debido a que el nació en el día del aniversario del terremoto de San Francisco, que tuvo lugar en 1906, su misión era la de prevenir un gran terremoto en California a través de sacrificios humanos. Según Mullin contaba con el consentimiento de sus víctimas que se le ofrecían telepáticamente para ser tributos.

Herbert Mullin estuvo entrando y saliendo de varios centros psiquiátricos, pero durante los años 70 había problemas en Santa Cruz, por el cierre de los hospitales de salud mental decretado por el que era el gobernador, Ronald Reagen. 





Fue entonces cuando empezaros los asesinatos de Mullin:
  • Lawrence White (55 años, 13 de Octubre de 1972.): Vagabundo que recogió haciendo autostop y que mató a golpes con un bate de baseball.
  • Mary Guilfoyle (24 años, 24 de Octubre de 1972.): También la recogió haciendo autostop. La apuñaló mientras conducía. Lanzó su cuerpo al lado de un camino y le abrió el estómago, enrollando sus intestinos a un árbol para determinar el nivel de contaminación. Cuando la policía encontró el cuerpo pensaron que había sido obra de Ed Kemper (asesino del que os hablé la semana pasada).
  • Fr Henri Tomei (65 años, 2 de Noviembre de 1972.): Le golpeó, pateó y acuchilló cuando iba a confesar sus pecados, ya que pensó que el padre Henri se ofrecía para ser su próximo sacrificio.
Después de estos tres primeros crímenes, Herbert se alistó en la Marina, pero no consiguió entrar por tener arrestos menores por su actitud anarquista en el pasado, hecho que alimentó sus delirios paranoicos de conspiración. 

En 1973 Mullin dejó de tomar drogas, ya que las culpaba de todos sus problemas. Compró diversas armas y fue en busca de Jim Ralph Gianera (25 años, 25 de Enero de 1973.) un amigo de la escuela de secundaria que en su día, le había vendido marihuana. Pero la búsqueda de Jim se complicó. Cuando Mullin llegó a la que creía que era la casa de Jim, allí encontró a Kathy Francis, quien le dio la nueva dirección de Jim. Mullin fue a matar a Gianera, pero al encontrarse su mujer también en casa le disparó en la cabeza, y acuchilló sus cuerpos repetidamente. 

Una vez terminó se volvió a dirigir a la antigua casa de Jim donde vivía Kathy Francis y la mató juntó con sus dos hijos de 4 y 9 años. Debido a que el marido de Francis era un traficante de drogas, por lo que las 5 muertes fueron relacionadas al narcotráfico. 

No fue hasta un mes después de estos acontecimientos que Mullin se hizo pasar por un guardabosque en el Parque Estatal "Henry Cowell Redwoods" donde observó a 4 jóvenes acampando (David Allan Oliker 18 años, Robert Michael Spector, 18 años, Brian Scott Card, 19 años y Mark John Dreibelbis de 15 años), les ordenó que se fueran porque estaban contaminando el bosque ante la negativa de éstos, Mullin volvió al día siguiente y les disparó dejando allí mismo sus cuerpos, los cuales fueron encontrados una semana después. 

Su última víctima fue Fred Pérez de 72 años, un hombre que estaba cortando el césped de su finca. Mullin pasó con su coche cerca del anciano y sin razón aparente, paró el coche y le disparó, matándolo instantáneamente. Esto sucedió a plena luz del día y con testigos que lo denunciaron a la policía. Mullin fue capturado unos minutos después.

Mullin reconoció todos sus crímenes, y los justificó diciendo que era para evitar el terremoto, y que si no había sucedido aún ese desastre natural era porque él había ido matando a la gente. El juicio se inició el 30 de julio de 1973 donde se centraron en determinar la locura de Mullin para saber si era responsable de sus acciones. Fue sentenciado a cadena perpetua.


Cristina Cañamares Gordillo
Estudiante de Criminología UOC
Licenciada en Derecho
Diplomada en postgrado de Criminalística
CoAdministradora del Blog “Criminología de estar por casa”


Referencias


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