miércoles, 15 de julio de 2015

EL CIRCO DE LOS HORRORES: TORTURA (PARTE FINAL)


EL CIRCO DE LOS HORRORES: TORTURA (PARTE FINAL)

En las dos entradas anteriores referentes a la tortura hicimos un recorrido por la evolución del pensamiento sobre esta práctica y conocimos algunos de los métodos más utilizados en las culturas griega y romana y durante la Edad Media.

Cabe destacar que a partir de la segunda mitad del s. XVIII y principios del s.XIX, los Estados civilizados empezaron a abolir la tortura de forma progresiva, gracias a las reformas de los sistemas penales y, según algunas fuentes, a los principios de la Ilustración[1] y su creencia de respetar y no lastimar. El Reino de Prusia fue el primero en abolir del todo esta práctica en 1754.

Gran parte del éxito de esta abolición se debe, sobretodo, a que autores como Voltaire y Beccaria (este último con su obra “Dei deliti e delle pena” de 1764) fueron mucho más claros y concisos en sus mensajes que sus predecesores que intentaban basar sus razones en cuestiones religiosas y la metafísica.

Es así como pasamos de una época en que el Estado otorga derechos a otra en que protege los que ya se tienen. El problema está en que parece ser que dicha abolición para algunos es efímera y para otros fraudulenta e incluso engañosa. Podemos ver como en el s.XX resurge con mucha más fuerza por causas como:

-       La aparición de los Estados totalitarios en los que toda discrepancia respecto a la línea marcada por el Estado o sus “dirigentes” sería un atentado gravísimo. Tenemos aquí el ejemplo de la Rusia Zarista, la Italia o España fascistas y la Alemania del Tercer Reich.
-      La necesidad impuesta por las condiciones de la guerra moderna, con la creación de servicios y métodos especiales de interrogación de prisioneros…
-     El terrorismo

El artículo 5 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos proclamada en 1948 nos dice: “Nadie será sometido a la tortura o a tratamientos o castigos crueles, inhumanos o degradantes”, pero la realidad vivida durante todos estos años con casos como la Guerra de la Independencia de Argelia (1950) o la situación de la Sudáfrica del Apartheid o la Chile de Pinochet ya nos anuncia que una cosa es la “proclama de la abolición” y otra muy diferente la “cruda realidad”.

En 1987, Edgard Peters en su obra “La Tortura”, nos explica cuáles serían los métodos que seguían y se siguen utilizando (y sus secuelas). En la actualidad, en obras sobretodo dedicadas al terrorismo y las mafias podemos observar que algunos métodos citados por Peters siguen usándose con la finalidad de perpetuar esta praxis: golpes, asfixia, colocación prolongada en posiciones forzadas, alopecia de tracción, extracción de uñas, inserción de cuerpos extraños por el recto y/o la vagina, extracción dental, presencia de tortura a seres queridos, privación de sueño, exposición continua a la luz, confinamiento en solitario o la aplicación forzada de drogas o inyecciones de materia fecal…

En la actualidad vivimos momentos dicotómicos referentes a la TORTURA. Por una parte, los Museos[2] que existen alrededor del mundo nos hacen ver que esta práctica es cosa del pasado. En cambio, obras literarias como la famosa “1984” de George Orwell (1948) o la película alemana “El Experimento” de Oliver Hirschbiegel (2001) o “La fuerza de uno” de Avildsen sobre el apartheid (1992) son documentos detractores y críticos con este tipo de mecanismos. Estos dos hechos chocan con la proliferación y éxito de películas como “Hostel” de Eli Roth (2005 y 2007) o la franquicia de culto “Saw” dirigidas o producidas por James Wan (2004)[3], en las que explícitamente vemos actos crueles e inhumanos y que somos capaces de disfrutar.

Quizás esta dicotomía no sería tan grave si solo se tratara de ficción, pero abrir el periódico cada día y encontrar noticias como las ocurridas en supuestas cárceles secretas de la CIA por todo el mundo como el caso de Guantánamo o las recientemente perpetradas por Estado Islámico e incluso la olvidada Tortura Animal, nos indican que estas costumbres no están erradicadas y que no dejan de ser una forma moderna del método de la Picota, la Pera de la Angustia, la Garrucha o el Escafismo. ¿Somos capaces de verlo así o nos hemos deshumanizado?


“La tortura ha desaparecido del Código. Cosa diferente es que desaparezca de las costumbres”. – Rafael Barret



Angie Muñoz
Estudiante de Criminología UOC
Mail: anxineta@gmail.com
Twitter: @anxineta




Bibliografía

“La tortura”, Alec Mellor , Ed. Estela 1964 Barcelona
“La tortura”, Edward Peters, Ed. Alianza 1985 Madrid
“Discurso sobre la tortura” Juan Pablo Forner, Ed. Crítica 1990 Barcelona

* Wikipedia e informes on-line de Amnistía Internacional





[1] Thomas Hobbes “Sea lo que sea lo que responda el reo (bajo los efectos de la tortura), sea verdadero o falso, o permanezca en silencio, tiene derecho a hacer en esta cuestión lo que sea justo para él”. Recogido en 1879 en la Quinta Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos.
[2] En España el Museo de la Tortura de Santillana del Mar o Museo de la Inquisición es el más conocido (http://www.santillanadelmarturismo.com/museo_inquisicion.php). En cuanto a Europa, el Museo de la Tortura de Ámsterdam (http://www.torturemuseum.nl/) y el de Rothenburg en Alemania (http://www.kriminalmuseum.eu/) son considerados los más completos.
[3] Cuenta con 7 entregas y está prevista una octava para 2016

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