lunes, 13 de julio de 2015

Grandes asesinos de la historia: Peter Kürten




Peter Kürten  El vampiro de Düsseldorf


Peter Kürten fue un asesino en serie alemán conocido como El vampiro de Düsseldorf. Alcanzó fama mundial por los asesinatos en serie y asaltos sexuales que llevó a cabo entre febrero y noviembre de 1929 en la ciudad de Düsseldorf, los cuales también hicieron famosa a esta ciudad fuera de Alemania. 

Kürten nació en 1883 en Colonia (Alemania) en una familia tan numerosa como pobre, era el tercero de trece hermanos y vivían bajo pésimas condiciones en un espacio reducido y deplorable. Peter presenció la violencia de su padre ejercida sobre su madre y hermanas, y la violación impune hacia sus hermanas menores por parte de un padre alcohólico y en paro. A la edad de 8 años Kürten se escapó de casa y dirigió sus pasos al mundo de la delincuencia en la ciudad de Düsseldorf.

A los 9 años, realiza sus primeros asesinatos cuando ahogó a dos amigos mientras se bañaban en el Rin. Kürten fue intercalando sus pequeños actos de delincuencia con breves pasos por la cárcel para pagar sus actos. A temprana edad mostró instintos criminales; disfrutaba estrangulando ardillas y maltratando a perros callejeros así como a otros animales para ver correr su sangre. Además cometió actos zoofílicos con ovejas a las cuales degollaba una vez había alcanzado el orgasmo.


Pero sus tendencias criminales fueron en aumento ya que necesitaba trasladar sus experiencias sanguinarias de animales a humanos. Es por ello que el 1913 tras entrara en un casa, que creía vacía, separa robar, se encuentra a una niña de 13 años (Khristine Klein) a quién estranguló y degolló

En 1921 Kürten se trasladó a Altenburgo donde se casó con una mujer de buena reputación al mismo tiempo que conseguía un trabajo como camionero. Pero 4 años después Kürten volvió a Düsseldorf para empezar su serie de crímenes donde una de sus víctimas (Rosa Ohlijer, de ocho años de edad) fue apuñalada trece veces con unas tijeras y tras beber su sangre, quemó su cuerpo con gasolina.
  
En 1929 llegó su año más sangriento:

  •  El 13 de febrero: asesinato de una niña de ocho años
  •  El 7 de noviembre: asesinato de dos hermanas de cinco y catorce años 
  •  En septiembre: asesinato a martillazos de otra mujer 
  • El 29 de agosto: asesinato de una niña de cinco años. En este caso envió a un periódico local el mapa de la tumba de la niña.


En mayo de 1930 llegaría el final de Peter Kürten, engañó a Maria Budlick, para llevarla a un bosque de las cercanías, donde empezó a estrangularla para agredirla sexualmente pero la dejó con vida después de experimentar el orgasmo. Por ello, al marcharse el asesino, Budlick acudió a la policía donde pudo dar información precisa sobre Kürten. 

El 24 de mayo el vampiro de Düsseldorf fue localizado y arrestado y confesó haber cometido 79 delitos, aunque sería acusado solamente de nueve asesinatos y de siete intentos de asesinato. Los psicoanalistas trabajaron duro para deshacer cualquier tipo de enajenación que le pudieran salvar de la pena de muerte. La sentencia fue morir guillotinado por nueve asesinatos, siete intentos frustrados y no menos de 80 agresiones sexuales. Su última voluntad fue, que tras su decapitación, los verdugos estuvieran en silencio durante unos segundos, para que pudiera escuchar como su propia sangre goteaba en el suelo.

Tras su ejecución, su cabeza fue diseccionada y momificada, y en la actualidad se conserva en un museo de Wisconsin Dells, en los Estados Unidos.


Cristina Cañamares Gordillo
Estudiante de Criminología UOC
Licenciada en Derecho
Diplomada en postgrado de Criminalística
Administradora “criminología de estar por casa”

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