miércoles, 17 de febrero de 2016

EL SÍNDROME DE AMOK O LOCURA ASESINA




Según palabras de la OMS, podemos definir este Síndrome como: “Episodio aleatorio,
aparentemente no provocado, de un comportamiento asesino o destructor de los demás, seguido de amnesia y/o agotamiento. A menudo acompañado de un viraje hacia un comportamiento auto-destructivo, es decir, de causarse lesiones o amputaciones llegando hasta el suicidio”.

Por tanto, podríamos decir que este término psiquiátrico, acuñado en 1972 por el Doctor Joseph Westermeyer, consistiría en una súbita explosión de rabia salvaje que hace que la persona afectada ataque, hiera o mate indiscriminadamente a cualquier ser vivo que se cruce en su camino, hasta que el sujeto pueda ser inmovilizado o se suicide.

La palabra Amok proviene del vocablo malayo “meng-amôk”, que significa atacar y matar con ira ciega (fue en aquel país, dónde se observó este comportamiento por primera vez). Pese a la antigüedad del término definido, podemos encontrar varios ejemplos actuales y algún que otro nombre que nos será conocido. Aunque en su definición NO se nos muestra como un hecho premeditado, es curioso, como la mayoría de estudiosos de las masacres más famosas de los últimos tiempos, han mencionado este síndrome para poder dar un nombre al comportamiento de quien/quienes las perpetra/n:

-   14/12/2012 Escuela de Primaria Sandy Hook Newtown, Connecticut. ADAM LANZA, disparó y mató a 27 personas (7 adultos + 20 niños) y después se suicidó.
-   07/04/2011 Escuela Pública Municipal Tasso da Silveira, Rio de Janeiro. Un ex - estudiante asesina a 12 niños y luego se suicida.
-  11/03/2009 Winneden (Alemania) Escuela Secundaria de esta población, Tim Kretzschmer  arrebata la vida de 16 personas.
-       15/12/2007 Masacre de Wesroads Mall (Omaha, Nebraska)
-        16/04/2007 Masacre de Virginia Tech (32 muertos + 29 heridos)

Y así constan innumerables referencias, incluso la famosa masacre de Columbine en el 99.


A simple vista, este tipo de comportamientos podría ser comparable al de los BERSERKER vikingos, guerreros que entraban en combate bajo una especie de trance psicótico, insensibles al dolor y que, además, en la mayoría de ocasiones no llegaban a distinguir entre amigos y enemigos acabando con todo aquello que se atreviera a interponerse en su camino.

En realidad, estudiosos de la materia, lo comparan con el TEI (Trastorno Explosivo Intermitente), recogido el DSM-IV TR y definido como comportamiento caracterizado por expresiones extremas de enfado, a menudo hasta el punto de rabia incontrolada, que son desproporcionadas respecto a las circunstancias en que se producen. Se cataloga dentro de los trastornos del control de impulsos junto a la cleptomanía, piromanía, tricotilomanía y la ludopatía.

Parece ser que su único tratamiento inmediato consiste en la contención del paciente y su absoluto control físico. Muchas personas que a lo largo de su infancia, y también parte de su adolescencia, se vieron expuestas a sufrir una escalada de hostigamientos por parte de personas abusivas durante un prolongado periodo de tiempo, acumulan tensión por diversas causas como preocupación, desolación y hasta depresión moderada. Como es el caso de muchos asesinos masivos. Por tanto, la única explicación encontrada hasta el momento para este fenómeno es que es una secuela del hostigamiento e intimidación que puede haber dejado huella en ellos. Aunque también puede verse ligado a la demencia.

En la actualidad, ha ido en aumento por la extrema difusión mediática y el efecto imitación (recordamos el artículo sobre el efecto Copycat, una vez más). Además podríamos considerar que se está convirtiendo en un fenómeno global a causa de la anomia existente y esa frustración por no poder satisfacer las exigencias del entorno.

  
Referencia y recomendación: En 2004, la exatleta, escritora y profesora Ines Geipel, publicó su obra “El síndrome de Amok o la Escuela de la Muerte”, donde analiza 5 casos de asesinos de este tipo y desvela sus mecanismos internos.


Angie Muñoz
Estudiante Criminología UOC


Referencias:


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