lunes, 8 de febrero de 2016

Grandes Asesinos de la Historia



Herman Webster Mudgett

Para explicar la historia de nuestro asesino de esta semana, tenemos que hacer un viaje en el tiempo y transportarnos al S.XIX. 

Herman Webster Mudgett nació el 16 de mayo de 1861 en Gilmanton. Fue hijo de un padre alcohólico que abusó sexualmente de él y de una madre muy puritana. Desde muy joven manifestó cierto interés hacía mujeres adineradas. Interés poco corriente, que lo enmascaraba como un Don Juan del crimen, aunque también se lo conoció como el Dr. Henry Howard Holmes o Dr. Holmes. Fue considerado el primer asesino serial en la historia de los Estados Unidos.





Mudgett era un hombre alto, guapo, con aire distinguido, elegante  y manipulador, características que le ayudaron a conseguir sus innumerables conquistas y víctimas.

Su primera víctima fue Clara Louering una joven rica, con quién se casó a los 18 años, y la utilizó para poder pagarse sus estudios de medicina. Tuvieron un hijo al que abandonó al igual que a su mujer después de arruinarla. 

Más tarde conquistó a una viuda quien satisfacción sus necesidades económicas gracias a unas rentas respetables. Pero a esta segunda mujer también la abandonó y se dedicó a ejercer la medicina en Nueva York, trasladándose más tarde a Chicago.

Fue en Chicago donde dejó atrás su identidad como Mudgett para convertirse en Dr. Holmes. Allí inició su caza conquistadora con una joven millonaria llamada Myrta Belknap, de quién consiguió adquirir una suntuosa casa en Wilmette y de quién tuvo otra hija de la que no se preocupó en absoluto.

Gracias a una serie de estafas, Holmes adquirió un terreno donde emprendió la construcción de un hotel (“Holmes Castle”) con aspecto de fortaleza medieval, cuya disposición interior concibió él mismo ya que aunque recurrió a varias empresas, nunca les pagaba  y nunca les dejaba terminar sus servicios, de esa manera, él era el único que conocía en detalle un edificio cuyo extraño arreglo habría podido suscitar la curiosidad. 







 
Características del Hotel:

-       Las habitaciones estaba provista de trampas y puertas correderas que daban a un laberinto de pasillos secretos desde los cuales, por unas ventanillas disimuladas en las paredes, el doctor podía observar a escondidas a sus clientes.

-       Bajo el entarimado, había oculta una instalación eléctrica le permitía seguir en un panel indicador instalado en su despacho el menor desplazamiento de sus futuras víctimas.

-       Con abrir unos grifos de gas, podía asfixiar sin desplazarse a los ocupantes de algunas habitaciones.

-       Había un montacargas y dos "toboganes" que le servían para hacer bajar los cadáveres a una bodega, donde eran disueltos en una cubeta de ácido sulfúrico, reducidos a polvo por incineración, o hundidos vivos en una cuba llena de cal.

-       En una habitación, llamada "el calabozo", había instalado instrumentos de tortura.

-       Una de las máquinas instaladas era un autómata que permitía hacer cosquillas en la planta de los pies de las víctimas hasta matarlas de risa.

El “Holmes Castle” se terminó 1892, justo a tiempo para albergar a las miles de personas que asistirían a la Exposición Universal de Chicago del 1 de mayo de 1893. 

Durante los seis meses que el Dr. Holmes pudo actuar en su fábrica de matar, el hotel no se desocupó. Escogía bien a sus "clientas-víctimas", tenían que ser ricas, jóvenes, guapas y estar solas para evitar las visitas de amigos o familiares, igualmente su domicilio tenía que estar situado en un estado lo más alejado posible de Chicago.

Una vez finalizó la Exposición los ingresos de su “Hotel del terror” disminuyeron  y las rentas del hotel acusaron una caída brutal, para solucionar esto, Holmes incendió el último piso de su inmueble y reclamó para poder reclamar una prima a su aseguradora. Lo que no pensó es que la compañía podría hacer una investigación antes de pagárselos. Por eso, Holmes se refugió en Texas, donde realizó estafas que lo llevaron por primera vez a la cárcel. 

Una vez puesto en libertad bajo fianza, se inició en una nueva operación criminal, donde a través de engaño para cobrar una prima acabó matando al que debía ser su socio para cobrar el dinero, deshaciéndose también de la mujer e hijos de éste. 

Pero el que había sido su compañero de celda lo delató y la policía realizó una investigación. Como resultado de ello, Holmes confesó la estafa a la aseguradora y los asesinatos. Pero una vez detenido la policía registró el Hotel de Chicago, donde descubrió que había sido utilizado como lugar de tormento y sala de ejecuciones. 

En el juicio, delante el tribunal, Holmes se burló de los asistentes al afirmar que había matado a 27 personas, algunas de las cuales estaban vivas. Por ello no se sabe con certeza el número de víctimas, aunque los hechos sugieren que podrían haber sido unas doscientas personas. 





 

Holmes fue condenado a muerte por el Tribunal de Filadelfia y ahorcado el 7 de mayo de 1896, cuando tenía treinta y cuatro años edad.

 


Cristina Cañamares Gordillo
Estudiante de Criminología UOC
Licenciada en Derecho
Diplomada en postgrado de Criminalística
Coadministradora “criminología de estar por casa”
E-Mail: cristinacg1980@hotmail.com

Referencias

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